martes, 11 de mayo de 2010

¿Qué siente, nuestro Hermano Mayor, Juan Manuel Rueda Cebada?

Juan Manuel Rueda Cebada

Hermano Mayor de la Hermandad
y Esclavitud del Patrón



“Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio…”

Sabéis quiénes me conocéis bien, que siempre comienzo cualquier tipo de reflexión con una afirmación que nos haga pensar, si cabe, todavía más en el significado de lo que leemos y sentimos… Y es que leyendo y releyendo vuestros comentarios, reflejo de lo que aflora del interior de cada corazón y todavía con la miel del primero de mayo en los labios, verdaderamente con vosotros se cumple el dicho de que “hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio…”
No os podéis imaginar la cantidad de pensamientos, sentimientos y sensaciones que a uno se le pasan por la cabeza cuando el calendario marca el primer día del mes de la Virgen, jornada que, desde el año 2002, celebramos paseando lo más grande que podemos ofrecer como testimonio de nuestra verdad; el Patrón San José. Se hacen muy presentes los que están desde la distancia, especialmente mi amigo y hermano “Javivi”; los que no podrán estar más con nosotros pero sí disfrutan de él desde un balcón privilegiado; los que han vuelto al cabo del tiempo con mayor ilusión y, como no, mis amigos y hermanos de siempre que deseo continúen cerca de Él por muchos años.

Creo que la mayor satisfacción que un Hermano Mayor puede sentir es percibir lo mismo en el rostro del prójimo, el premio de la alegría que se contagia. Seguro que también, lo mismo que yo, experimentáis ese sentimiento después de vivir intensamente esta jornada gloriosa; después de asimilar vivencias, detalles, gestos, sonrisas, lágrimas, felicitaciones, críticas constructivas, silencios y palmas a ofrendas que, desde la mayor generosidad, caen del cielo en forma de pétalos.
El Santo Patrón navega por un barrio vivo; vosotros, lo lleváis en volandas por calles con hogares que abren de par en par sus puertas y balcones, por un barrio de azoteas donde los corazones se arremolinan; donde la brisa se recorta por cierros y zaguanes que ofrecen orgullosos Su bella estampa y que, a nuestro paso y al Suyo, podemos leer de labios de sus dueños, nuestros hermanos, que “aquí está, como siempre, como todos los años…” Porque también ellos ofrecen, “dan con alegría y esa alegría es su premio…” Nuestro premio.

Nuestro cariño hacia Él nos hace sentir intensamente y se transmite, nos da los motivos por los que seguir trabajando, cada uno en su papel y desde su responsabilidad, porque queda mucho por recorrer; Él mantiene viva nuestras ilusiones, fortalece el cordón umbilical que, como al Niño en el seno materno, nos une y debe seguir uniendo a la vida de esta Hermandad, para que la única Medalla que nos sigamos poniendo sea la de Su rostro y el del Bendito Niño, que en nuestro corazón marquemos de nuevo a fuego el sello de la humildad y la alegría del trabajo bien hecho y en el Suyo, quede reflejada, como siempre, la nobleza del alma de todos mis HERMANOS con mayúscula.
Quisiera que el techo de la gloria que este año hemos sentido alcanzar, vuelva a elevarse todavía más el próximo primero de mayo, siendo los primeros en decirnos que podemos y debemos hacerlo mejor para, TODOS, desde la Hermandad, seguir engrandeciendo al Patrón de la Isla y tener la dicha de vivir y sentir de nuevo esa gloria.

A la espera de vivir intensamente con todos mis Hermanos un nuevo Corpus con la presencia de Dios acompañado de San José, recibid mi felicitación y disfrutad de vuestro premio.

Juan Manuel Rueda Cebada
Hermano Mayor

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