El cielo no quiso cumplir la ilusión y el sueño del josefino, dejando a la Hermandad y a la Ciudad sin la tradicional Procesión de Alabanzas del 1 de Mayo.
En el presente año, esta salida de San José era muy esperada, ya que en ella se habían puesto muchas ilusiones por parte de todos los que conformamos la hermandad, no en vano iba a ser la primera en la que el Patrón de San Fernando llevaría la medalla de oro de la ciudad de San Fernando, y como no, también la salida que suponía el estreno de la primera fase de la talla del paso.
Toda la jornada estuvo protagonizada por las nubes negras y no por los rayos de sol típicos de la fecha. Sin embargo, la Junta de Gobierno de nuestra Esclavitud de San José nunca perdió la fe y la esperanza de una nueva Procesión, cosa que le llevó a minutos antes de las 20:00 horas posponer la salida procesional, prevista en un principio a las 20:15 horas, a una reunión que tendría lugar 40 minutos más tarde y en la que finalmente se decidió salir a la calle, tras barajar todas las posibilidades y todos los partes meteorológicos.
En el presente año, esta salida de San José era muy esperada, ya que en ella se habían puesto muchas ilusiones por parte de todos los que conformamos la hermandad, no en vano iba a ser la primera en la que el Patrón de San Fernando llevaría la medalla de oro de la ciudad de San Fernando, y como no, también la salida que suponía el estreno de la primera fase de la talla del paso.
Toda la jornada estuvo protagonizada por las nubes negras y no por los rayos de sol típicos de la fecha. Sin embargo, la Junta de Gobierno de nuestra Esclavitud de San José nunca perdió la fe y la esperanza de una nueva Procesión, cosa que le llevó a minutos antes de las 20:00 horas posponer la salida procesional, prevista en un principio a las 20:15 horas, a una reunión que tendría lugar 40 minutos más tarde y en la que finalmente se decidió salir a la calle, tras barajar todas las posibilidades y todos los partes meteorológicos.
Fueron los minutos más largos de todo el año josefino, minutos donde cada uno supo siempre estar a la altura de lo que las circunstancias pedían, no perdiendo nunca la compostura y en la medida de lo posible, estando alegres por que siempre se tuvo la esperanzad de poder pasear al Patrón de la Isla como él solo se merece. Pero no pudo ser.
Y así lo transmitió a todos los presentes nuestro Hermano Mayor; “San José lo ha querido así y quiere que sus devotos y fieles lo visiten en el templo” … qué palabras más acertadas, porque durante más de una hora, fue un continuo devenir de fieles los que se congregaron a las plantas del Bendito Patriarca.
Pocos minutos antes de las 21:00 horas, el pregonero de las Glorias de María, Juan Miguel Aranda Aguilar abría las puertas de la iglesia Mayor con todo el cortejo preparado, pero una vez abiertas, los paraguas del público que llenaba la Plaza de la Iglesia comenzaban a aflorar y las pequeñas gotas que habían comenzado a caer minutos antes de las 20:00 horas, a crecer, por lo que irremediablemente la salida fue suspendida.
El paso, que estaba puesto en carrera desde las 19:55 horas, fue devuelto al altar mayor gracias a un trabajo sublime de su Cuadrilla de Hermanos Cargadores, que trabajó bajo el paso de forma magistral por las nave lateral derecha de la Iglesia, salteando en cada maniobra los obstáculos de las columnas y los altares.
Sólo fueron tres las levantás que se le pudieron realizar al Paso en el interior de la Iglesia, pero que tres levantás. Todas llenas de sentimiento y emoción dada a las personas y a las circunstancias a las que fueron dedicadas.
Una vez fue posado el paso en el centro de la Iglesia, la Banda de Olivares entraba en el interior del templo para ofrendar al Santo Patriarca con la interpretación de algunas de las marchas que estaban previstas fueran interpretadas en las distintas partes del itinerario.
Las mismas fueron; San José, Santo Patrón Isleño, Hossanna in Excelsis, Reina de Triana, Esperanza de Triana Coronada, Corpus Christi, Himno a San José, y para culminar el Himno Nacional. Todas ellas fueron interpretadas de manera sublime, cosa que hizo llevantar la emoción de muchos y los aplausos de todos los presentes.
No pudo ser, pero como siempre, la Hermandad de San José supo estar en cada momento a la altura de las circunstancias, cosa que hace que sea todo un orgullo para el josefino pertenecer a esta pequeña, pero a la vez, gran familia.
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