José Manuel Dorantes es hermano de la Hermandad y miembro de su Cuadrilla de Cargadores desde el pasado año de 2009. Llegó de la mano de nuestro querido Manolo Gómez Moreno y desde su llegada José Manuel siempre ha estado al servicio de su Cuadrilla, demostrando siempre su compromiso y una actitud intachable. Su ilusión y sus ganas por aprender el oficio han contagiado a muchos de sus compañeros, sirviendole esta ilusión para contrarestar su inexperiencia bajo los pasos. A continuación, Dorantes nos abre su corazón y nos muestra las experiencias de su primera vez en el pasado año, un año marcado para él por la llegada del nuevo paso.
Gracias Jose Manuel por demostrar tus ganas por aprender, por querer participar de todo lo que organiza tu Cuadrilla, por querer ser parte activa de ella y sobre todo, por tener una ilusión tan grande como la que tienes, que te aseguro nos sirve de gran apoyo para continuar creyendo en esto a los que dirigimos la Cuadrilla.
Me llamo José Manuel Dorante Pontes y soy de aquí de San Fernando, más concretamente del barrio del Cristo. Llevo poco tiempo en la hermandad pues si mal no recuerdo hago un año ahora dentro de poco. Toco la trompeta en la banda municipal desde los 9 años, saliendo en Semana Santa desde que tenia 10 años, mi madre siempre le decía a mi padre “hay que ver que niño más capillita nos ha salido”, pero de hecho es verdad que de siempre me ha gustado mucho, yo diría que estas cosas vienen de familia porque aunque mi padre nunca ha sido un gran seguidor de estas cosas, mi tío y mi abuelo fueron costaleros durante muchos años en Utrera.
Con el paso del tiempo uno va creciendo y haciéndose más grande, y conforme crecía a eso de los 16 años más o menos, me iba sabiendo a menos el tocar en la banda, yo quería más, quería formar parte de forma directa en lo que son las procesiones, el ambientes, las experiencias... y no ha dedicarme a tocar y ver los pasos desde atrás, que no es que no me gustara, porque siempre me ha gustado tocar en las procesiones, pero no me terminaba de llenar por así decirlo; así que le pregunte a mi madre si me dejaba apuntarme en alguna hermandad porque quería cargar (todavía no sabia que iba a ser esta), ella me dijo que a ella eso de cargar no le terminaba de convencer y que si quería cargar me esperase a cumplir los 18 años.
Así que cuando tuve 18 años un día hablando con Manu (Manuel Gómez Moreno), que es amigo mío desde la infancia porque vive en el mismo bloque que yo, me dijo: “quillo te decides este año a cargar, apúntate conmigo a San José que allí son muy buena gente y te lo pasas muy bien, ahora dentro de poco en Febrero o por ahí habrá una reunión vente conmigo y te voy presentando a la gente”, yo ya conocía la hermandad (desde fuera al menos) porque le había tocado varias veces estando en la Banda Municipal. Así que finalmente me decidí en apuntarme y tal como me dijo Manu fui con él a la reunión que si mal no recuerdo fue el mismo fin de semana que la final del falla en Febrero del 2009.
Llegue a la reunión un poco como cortado, como con vergüenza porque no conocía a nadie, y cual fue mi sorpresa cuando vi que había alguna gente de la cuadrilla que ya conocía, bien por que eran vecinos o vivíamos cerca como es el caso de a parte de Manu, de Mario, de Ramón y de Garo, o bien gente que conocía desde pequeño como a Pablo Luna, o a Pablo Briceño (perdonad si me dejo a alguien). A parte de los que ya conocía, Manu me fue presentando a los que no conocía y me llamó realmente la atención que efectivamente todos eran muy buena gente y sobre todo que se veían muy unidos, al primero que me presentó fue a Manuel el capataz, que creo recordar que me dijo “aquí tienes tu casa para lo que quieras” o algo así, pero fuera lo que fuera me gustó mucho el ver la acogida sin conocerme prácticamente, el segundo fue Edu que estaba a su lado hablando, el cual conocía de vista pero nunca había hablado con él, y a Raúl Leiva que recuerdo que me lo presento y él dijo “ya esta contigo en la municipal ¿no?”.
Me fue presentando a la gente hasta que empezó la reunión, en aquella reunión fue cuando se discutió si estaba la cuadrilla preparada para recibir y pasear al patrón en su nuevo paso, se escucharon muchas opiniones, no todos tenían el mismo punto de vista, pero lo que era evidente es que todo el mundo intentaba hacer lo mejor por su hermandad. Después de la reunión se procedió al tallaje, a mi me tallaron por primera vez en mi vida, y estaba muy contento por que sabía que por fin iba a formar parte de lo que llevaba tanto tiempo deseando.
Después se dio el papel con los ensayos, y no recuerdo que día fue el primero pero por fin llego el momento, bajábamos la calle de la iglesia Manu y yo con la almohada y la faja recién compradas, con toda la ilusión que se podía tener e íbamos hablando de qué tenia que hacer y eso, cuando llegamos amarramos en el lugar en el que nos fue diciendo Edu, a mi me tuvo que ayudar a amarrar Manu porque no sabía, y al terminar fue diciendo Edu el sitio en el que iría cada uno, con eso y a la voz de Manuel empezaron los ensayos, que fueron transcurriendo uno tras otro en general con muchas ganas de hacerlo bien y de mejorarnos a nosotros mismos, y en todos los ensayos quedaba de manifiesto lo que desde mi punto de vista define esta cuadrilla de hermanos y es la buena gente, la unidad y el compañerismo que hay entre los que la componen, así como el buen sentido del humor, que siempre reina sobre todos y siempre quedarán cosas en las que uno se tiene que reír quiera o no como el “Let go old woman”, o cuando todo el mundo empieza a hablar imitando a “machupichu”.
(Dorantes junto algunos compañeros de trabajadera, momentos antes de la Salida)
Casi con el fin de los ensayos llega el momento de la llegada del paso nuevo, que por cierto llegó bastante tarde, la gente esta esperando en la plaza de la iglesia Mayor, se palpa en el ambiente la ilusión y las ganas por ver el paso nuevo, el momento llega junto con el hombre encargado del camión, empieza a abrirlo, la gente ya expectante se arrima todo lo que puede, cuando el hombre termino de quitar todas las sujeciones nos metimos en él, lo bajamos del camión y lo metimos en la iglesia, pudimos comprobar que ese paso estaba echo para nosotros, para disfrutarlo paseando al Patrón por las calles de la Isla, y que en ningún momento se nos quedaba grande. El paso se quedo ya en la iglesia puesto que nos llego poco antes de la tan esperada salida del 1 de Mayo, y empezamos a montarlo.
(La prueba del paso ... momentos ilusionantes que siempre quedarán para el recuerdo)
Llega la fecha esperada por todos y si me permitís decirlo, de una forma especial por mi, ya que por fin llegaba el día en que iba a cargar un paso, y no me refiero a ensayos y traslados, sino un paso en su máximo esplendor como es en el día de su salida, y no un paso cualquiera sino el Bendito Patrón San José, Señor de la Isla. Recuerdo perfectamente que esa mañana nos reunimos todos en la calle San Cristóbal, (creo recordar que se llamaba así porque nunca me acuerdo muy bien de los nombres de las calles) donde los vecinos habían preparado un gran desayuno que tomamos todos en familia, donde reinaba el buen ambiente, miraras por donde miraras veías gente hablando y riendo.
Al finalizar el desayuno y para continuar con el buen día nos fuimos todos a la Función de la Hermandad, que se oficiaba en la Iglesia Mayor, y después al acabar esta y para concluir con las actividades del día nos fuimos al almuerzo que nos tenían los vecinos de la calle Jorge Juan, la calle estaba impresionante, adornada con banderas, cuadros y flores, todo tenía que estar apunto para recibir al Patrón de la Isla, y como por la mañana transcurrió la comida de forma perfecta. Cuando acabo la comida cada unos se fue yendo a sus casas a ducharse y a arreglarse, ya que por la tarde era el momento esperado durante todo el año, y en mi caso durante casi toda mi vida.
(La mañana del 1 de Mayo ... momentos de convivencia y hermandad con los compañeros)
Por la tarde la gente se estaba tomando algo aprovechando los últimos momentos antes de la hora a la que nos había convocado el equipo de capataces, cuando llego la hora se nos reunió a todos y se nos dio lo relevos, y empezamos a fajarnos, ya estaba todo listo, el momento había llegado, Manuel dio las ultimas instrucciones, el paso estaba puesto en carrera, las puertas de la iglesia se abrían, dejando paso a la luz que entraba por los respiraderos, la gente impaciente de poder salir a pasear al Patrón, y de pronto llego el momento, se dio la levantá y con ella nos aproximábamos a la puerta, justo cuando la cruzábamos empezó a sonar el Himno Nacional de España, nos vinimos arriba y con ganas empezamos a bajar la rampa de la iglesia, al himno le siguió otra marcha y a esta otra, mientras nosotros ahora subíamos las rampitas de la Plaza de la Iglesia.
(La primera salida de Jose Manuel ... la primera del nuevo paso ... ilusiones y emoción)
Así con ganas e ilusión, fue transcurriendo toda la procesión hasta llegar al que para mi fue el mejor momento de la procesión, y es cuando enfilamos la cuesta que lleva a la plaza San José, al entrar en ella llovían incontables pétalos, yo había visto algunas petaladas antes, cuando he ido tocando con la banda, pero esta (sin verla porque estaba dentro) diría con seguridad que era la más grande que yo había visto, montañas de pétalos se amontonaban bajo nuestros pies mientras mecíamos al Patrón, las marchas se seguían una tras otra, y bastante buenas, los gritos de júbilo de la gente, nosotros recreándonos bajo las trabajaderas, es un momento que no sabría describir con palabras, pero en el que se me pusieron los pelos de puntas como escarpias y no se me bajaron hasta un buen rato después, ya que los emotivos momentos transcurrían uno tras otros sin parar.
(Lluvia de pétalos en la Calle San José .... el sueño cumplido)
(para muchos ........ la gloria)
Poco después por desdichas del destino, llegando a la revirá para entrar en la calle San Cristóbal, ocurrió lo impensable, la imagen del titular resulto dañada en la sujeción (uno de los pies creo recordar), y el Santo se movía, esa era la frase que cayo como un jarro de agua fría sobre nosotros, pero no nos vinimos abajo, no era momento de fallarle a San José, sino que cada uno puso todo lo que le quedaba (toda la carne en el asador como se suele decir) en que el paso fuera lo más suave posible, sin mecías, sin temblores, ahora lo importante era que el Santo llegara lo mejor posible a su Templo. Cualquiera diría que esto ensombrecería la procesión, pero no fue así ya que esto puso de manifiesto la gran unión y el compañerismo de esta cuadrilla trabajando todos juntos por el bien del titular, mimándolo todo lo posible.
Así llegamos trabajando suavemente hasta dejar reposar al Santo en su Templo, al salir todos lo hermanos que formamos esta gran cuadrilla, o mejor dicho esta gran familia nos abrazamos, con cansancio, pero con la satisfacción de un trabajo bien hecho.
Al llegar a mi casa, mi hermano que estaba despierto puesto que había estado tocando en la banda (el toca el clarinete también en la Municipal), tiene 16 años y muchas ganas de apuntarse también a esta hermandad, lo que pasa es que está en tramites con mi madre, me preguntó: “ bueno, ¿que te ha parecido?, ¿que se siente?”, yo le conteste: “ No se puede explicar con palabra y si lo intentará seguramente no te lo conseguiría decir completamente.”
Ya para terminar decir que mi entrada en esta hermandad fue (como casi todas las cosas que uno no conoce) por que me lo dijeron, por probar, y decir que una vez que he visto esta gran familia, es para mi un honor aportar todo lo que pueda, mi granito de arena a esta gran familia, y seguir siendo parte de ella para siempre.
Bueno ya para finalizar que mejor manera que con un:
Un abrazo a todos
José Manuel Dorante Pontes
(Como bien nos dice, esta imagen es el mejor de los ejemplos para describir lo vivido)
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